viernes, 8 de julio de 2011

Al Borde del Abismo


Álvaro Fernández Peña


(Primera parte)


Los acontecimientos acaecidos durante los últimos días, casi sin separación de tiempo alguno, han terminado por desbordar un vaso de por si lleno.


Un joven sano y de futuro brillante es brutalmente asesinado de un balazo en la cabeza, a la vista de muchos, por osar pitarle a un rufián que casi lo choca. Una ilusionada madre es cruelmente asesinada frente a su niño al tratar de protegerlo de la refriega provocada por pandilleros, para quienes las calles sin ley de nuestra ciudad son su escenario. Un abuelo pulpero muere a plena luz del día con la cara destrozada de un escopetazo a quemarropa, queriendo proteger el limitado fruto de su esfuerzo. Y hay más, pero lo dicho alcanza y sobra, ya todos conocemos la situación o la hemos vivido en carne propia.


Los puntos deben de ser puestos sobre la íes con claridad y franqueza, le duela a quien le duela o le afecte a quien le afecte.


Así que hagámonos la pregunta de fondo ¿Qué hace que un país que hasta hace muy poco era ejemplo en el mundo en valores familiares, sociales y cívicos, descienda como avión en llamas, con todos nosotros a bordo, hacia un primitivo caos de salvaje impunidad?


La cadena de causas es fácil de seguir. Desde un punto de vista práctico esta gente murió porque sus asesinos está libres de temor a una justicia pronta y cumplida… no hay justicia pronta y cumplida porque las autoridades policiales y judiciales están maniatadas por leyes desactualizadas y saturadas de portillos que favorecen a la delincuencia… y no tenemos leyes adecuadas porque quienes deben hacerlas están demasiado ocupados peleando sus míseros intereses personales o de partido. Desde el punto de vista moral esta gente murió porque sus asesinos jamás fueron formados adecuadamente por sus padres o profesores en valores y principios… a su vez estos padres y profesores tal vez los recibieron de los suyos, pero pervertidos por el ejemplo de sus jefes y gobernantes… y estos jefes y gobernantes adoptaron su deleznable actitud cuando de sus modelos, de quienes suponían recibir la máxima directriz y ejemplo, solo obtuvieron un mensaje de doble moral y corrupto oportunismo.


Todo se resume en líderes o para el caso, la ausencia de ellos. Este es el elemento central que define una identidad nacional disciplinada, que se permea desde los estratos más altos y visibles, a los más básicos y personales. Es primeramente en las más elevadas esferas del poder, entregado por consenso popular a aquellos que pensamos reflejan mejor el buen sentir de las mayorías, donde se establecen las directrices y el ejemplo a seguir por todos los ciudadanos. Ahí se define lo que es válido y lo que no lo es, lo que son nuestros derechos y lo que son nuestros deberes, el rumbo sobre el cual construir, los mecanismos a seguir en cada paso y las herramientas a utilizar para ello.


Así llegamos al primer poder de la República, a los Padres de la Patria, a los que por sabiduría y mérito les asignamos la labor de definir y diseñar nuestro país, llegamos así a la otrora honorable y preclara Asamblea Legislativa.


Los cambios generados en pocos años son dramáticos; de un conjunto de hombres y mujeres genuinamente sacrificados y preocupados por hacer lo correcto, pasamos a otro de dudosa moral, llegando al extremo que algunos de ellos han sido cuestionados y hasta condenados por actos de corrupción, narcotráfico y estafa, y para los que la torcida y ya gastada frase de “electos para servirse y no para servir”, parece ser su verdad de cada día. Todo indica que, como mínimo, estamos ante la espantosa realidad de que quienes tienen en sus manos la sagrada labor de guiarnos con su ejemplo y sapiencia, lo hacen con la fetidez de su ambición personal, sin ya siquiera preocuparse por mantener las apariencias.


Hoy vivimos una sociedad enferma por su convencimiento de que el interés personal es más importante que el colectivo, sin importar el daño que se haga; pero esto no significa que hayamos llegado a un punto de no retorno y la causa esté perdida. Afortunadamente esos principios y valores que sirvieron de fundamento a nuestra querida Costa Rica están aún muy cercanos, y que quienes creemos en ellos todavía somos mayoría.


Va a tomar mucho tiempo curar esta enfermedad, casi el mismo que tomó llegar a donde estamos, pero no solo es factible sino imperativo. Entendiendo correctamente las causas podemos encontrar la medicina; eso si, a sabiendas que tomará coraje y sacrificio, el tipo de coraje y sacrificio heroico que nos mostró Juan Santamaría cuando quemó el mesón que servía de guarida a los filibusteros.


En la siguiente entrega comenzaré a explorar las formas en que esto puede llevarse a cabo. Algunas medidas podrán parecer extremas y hasta sediciosas, pero la realidad es que ante situaciones extremas, lo primero que debe analizarse son las medidas extremas. Ustedes serán los jueces.


¡Los valientes den un paso al frente!


(Segunda parte)


Queda claro que la terrible espiral de violencia y pérdida de valores fundamentales que hoy vivimos solo puede ser atribuida, en última instancia, a la ausencia de moralidad de quienes dicen llamarse “representantes legítimos del pueblo”, dado que lo único que sí representan fielmente, es su ambiciosa mezquindad.


Atribuir la culpa a los cuerpos policiales, a los tribunales de justicia, a los inmigrantes no deseados, al materialismo desbordado, a un sistema educativo desactualizado y carente de visión, a la violencia global o a la desintegración familiar, no es más que distraer la atención hacia los síntomas de una enfermedad mucho más profunda y despiadada.


El ridículo enmarañamiento que hoy vemos en la formulación y aprobación de cualquier ley de interés nacional, que hace muchísimo tiempo no se concreta, solo podría atribuirse a un patético nivel de estupidez de nuestros Diputados, o a intereses ocultos que van más allá de los procedimientos y mecanismos de aplicación constitucional obligatoria. Una simple mirada a cualquier acción emprendida por el plenario durante los últimos años nos deja un mensaje claro: El honesto proceder en la consecución de un ideal nacional coherente y justo para todos, es cosa del pasado.


La Constitución nos da el derecho inalienable a los ciudadanos de rebelarnos cuando quienes nos representan dejan de hacerlo, y este es el caso, ya que quienes estoicamente deben velar por el bienestar supremo de todos los costarricenses, velan ahora únicamente por su propio bienestar.


Llegó la hora de enviar a casa a estos Diputados sin que medie responsabilidad patronal alguna, y cuidado no, hasta procesarlos por un accionar que solo podría ser catalogado de traición a la patria. Claro está que esto es más fácil de decir que hacer, ya que desprender a un parásito con poder de una teta tan lucrativa puede probar ser una labor harto difícil. Solo recordemos, y ya volveremos sobre el tema, de que siempre existe la opción de la “desobediencia civil pacífica”, mientras sin perder el hilo continuamos en el intento por descifrar lo que deberíamos hacer una vez que limpiemos la casa.


En Costa Rica sobran los hombres y mujeres honorables dispuestos a hacer lo que sea necesario para restablecer el ideal perdido, todos conocemos al menos uno, solo hay que proponerlos y entre todos seleccionar los mejores, sean cinco, diez o cincuenta, para que nutridos con las ideas de todos nosotros, se reorganice nuestro Sistema Legislativo desde sus cimientos, comenzando con la nominación de los candidatos y hasta su fiscalización y control una vez en ejercicio.


Si esta primera idea para iniciar un debate público suena absurda, recapacitemos en las virtudes de nuestro sistema democrático, que funciona y funciona muy bien, cuando en cada uno de los pasos se acepta el voto de las mayorías y se sigue adelante sin mirar atrás; hacer lo contrario solo provoca el entorpecimiento caprichoso propio de los malos perdedores. Lecciones tan básicas y simples de entender son las que hacen difícil de asimilar que individuos de una cultura e inteligencia supuestamente superior, con el ejemplo vivo de antecesores no muy lejanos, sean incapaces de asimilarlas y aplicarlas. La historia nos lo dice muy claro: la ambición colectiva guiada por líderes preclaros construye imperios, la individual con norte mezquino, los destruye.

Así que, llegó la hora que los costarricenses plantemos nuestro pie con firmeza para defender lo que con la sangre de muchos se logró y nos hizo ejemplo en el mundo, de no hacerlo solo probaría aquel adagio que dice: Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Son ahora, cada uno de ustedes, quienes tienen la palabra.


En la siguiente entrega me atreveré a más, sin temor personal y con el convencimiento de quienes hoy somos mayoría, podemos trabajar juntos para restaurar la Costa Rica perdida… y de que aún hoy nos ufanamos.

… Continuará.


Fuente: Asociación Abaanimal



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NO MAS ARMAS EN LAS CALLES, QUEREMOS PAZ!

Costarricenses exijamos la ley de tenencia de armas, como una medida urgente de contener la inseguridad en nuestras comunidades
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Enlaces relacionados:


Entrevista con Álvaro Fernández y José Carlos Chinchilla
http://www.youtube.com/wat​ch?v=NsGvvkmVO_I&feature=s​hare

Que triste que en este país ya tengamos una asociación para las víctimas de los asesinatos:
http://elpregon.org/v2/cos​tarica/sociedad/4066-asopa​z-inauguro-sus-primeras-in​stalaciones-para-promover-​seguridad-ciudadana



martes, 31 de mayo de 2011

POR FAVOR PUBLICA ESTO EN TU MURO:

NO A LA EPIDEMIA DE VIOLENCIA INFANTIL!


NO SEAMOS UN PAÍS DE PAZ
QUE APLICA LA GUERRA A LOS MÁS INDEFENSOS
Todos los adultos debemos tratar de interesarnos por este tema,de otra manera seríamos complices y complacientes de la violencia infantil en nuestra sociedad. Los niños y niñas no están en capacidad de poder hacerlo por ellos(as).
“Es la cara oculta del maltrato infantil”, comentó la jefe de Trabajo Social del Hospital Nacional de Niños, para quien la respuesta de las instituciones responsables de proteger a los menores de este país ha sido insuficiente.

No seamos indiferentes: aumentó 600% los casos de violencia infantil en últimos tres años en Tiquicia

Las cifras de violencia infantil son alarmantes, y se cuentan solo las que se reportan. Se estima que por cada caso reportado, hay 10 que no se reportan.

Será que somos una sociedad pacíficamente agresora?

En Costa Rica estamos viviendo una crisis de valores, a la que se le podría sumar las drogas, el estress, los altos índices de delincuencia que estás generan y que podrían estar incidiendo de manera definitiva en el aumento de los índices de violencia intrafamiliar y por ende en la agresión infantil. Así que el tema no se resuelve con marchas pacíficas vestidos de blanco, porque los que están conscientes de la situación son precisamente esos, los que van a esas marchas y que posiblemente no comentan actos de violencia en contra de los menores, el asunto es trabajar en prevención a las drogas, en valores como equidad de género, derechos de la niñez y promover mediante campañas organizaciones de escuela para padres. Además de volver más activa a la población para que denuncien los casos de maltrato infantil y exigir a las autoridades y a los gobernantes respuesta pronta y cumplida.

Ana Virginia Murillo H., presidenta de la Defensa de Niños y Niñas Internacional indicó “La agresión infantil es un problema social que se ha perpetuado a través de la historia de la humanidad y Costa Rica no escapa a ello, pero sí es realmente escandalosa la situación para un país que constantemente en foros internacionales presume de ser respetuoso a los derechos humanos”.

Cabe agregar que existen muy diversos tipos de maltrato infantil: maltrato físico, negligencia, abuso sexual, maltrato emocional, mendicidad, corrupción, explotación laboral, maltrato prenatal, síndrome de Munchausen por poderes (madre que enferma a sus hijos), maltrato institucional (negligencia política), maltrato verbal, NO respetar sus derechos como niños etc.


CÓMO DETECTAR CASOS DE VIOLENCIA INFANTIL " COSA DE TODOS(AS)"

https://www.facebook.com/note.php?note_id=196090683748951

CÓDIGO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA

http://cpj.go.cr/docs/derechos/codigo-ninez.pdf

Enlace relacionado: http://www.una.ac.cr/campus/2011mayo_pag04.html

fotos de Ivan Pawluk



China sin piedad..

Las habitaciones de la muerte- Resumen