Mensaje de Avatar cautiva y por sobradas razones: su analogía con la historia de conquistados y conquistadores en la humanidad es ineludible.
Avatar causa sensación, pero yo me animo a decir que principalmente por su mensaje.
Sin haber leído la crítica de Venegas o algún especialista, pero con decenas de comentarios cautivados de espectadores y con la película fresca en la retina (por segunda vez), me atrevo a plantear que su éxito radica en su mensaje.
Avatar es una rescate asombroso de la historia aborigen (quizás sin que Cameron lo pretendiera) y de cómo el europeo usurpó, dominó y acribilló al indígena americano.
Me bastaron unos veinte minutos para ubicarme en la historia de Garabito, el gran héroe huetar de Costa Rica, la base de mi novela "Cuando la muerte no alcanza", pronta a publicarse.
Hice un viaje al espíritu y esencia de las antiguas creencias de nuestros huetares, y de todas las etnias originarias de todos los territorios de América.
Podemos hablar de sus efectos especiales, de una historia de amor trillada, de personajes y sitios maravillosos que encantan, pero en el fondo la película cautiva porque nos presenta al hombre como conquistador, destructor, como "el malo de la película". Y eso es un riesgo artístico en una humanidad acostumbrada al autoengaño y la burda autoestimulación de lo más retrógrado e incivilizado como si fuera el gran triunfo humano.
Así es, nuestra humanidad invirtió los valores hace rato y nadie se da cuenta. Los medios y la complicidad de cada quien son los grandes reproductores de estos valores erróneos.
Avatar es la mejor película de Cameron, pero es también la mejor película de los últimos años. La visión del conquistado, del respeto a la cultura y espiritualidad de otras culturas dominadas (que es lo que Estados Unidos nunca ha tenido, en el marco de un gendarme militar donde la estupidez se vuelve consigna y grito de guerra), no recuerdo haberla visto en una película de Hollywood.
Esta película es anti-militar, el villano es el militar, el conquistador imperialista, pero ante todo es el poder político que, en función del interés económico (un mineral muy valioso por el cual conquistan y destruyen otras culturas), funciona aún a pesar de la muerte de cualquier vida, desde la humana hasta la natural, e incluso la del planeta mismo.
La historia de Avatar es la historia de nuestros indígenas en las espadas españolas del Siglo XVI, pero también es la historia de la invasión de Estados Unidos a Irak, de la persecusión neurótica de mucho terrorismo falso, que justifica la matanza de niños y civiles inocentes. Es un mensaje de la historia de la humanidad, la reiteración de pueblos opresores y oprimidos, con el "plus" de que en el largometraje hablamos de una conquista donde los terrícolas somos los alienígenas e invasores poderosos, los usurpadores que hemos sido en la historia humana.
Cuando el personaje dice "¿Eso es lo que hacemos, declarar terrorista a quien no nos quiere dar lo que queremos?" es el mejor reflejo de lo planteado en el caso de la historia militar de Estados Unidos en Oriente. Pero sin duda usted encontrará o encontró muchas otras frases de fácil identificación con la realidad actual o de la historia del avasallamiento de los pueblos originales de un territorio.
En mi caso me fascinó, me entusiasmó, la visión de la espiritualidad de los navi (los conquistados), su conexión con la energía natural, el equilibrio y la espitirualidad del ser humano en su intimidad y esencia con la naturaleza. Para los científicos y materialistas conquistadores, un lenguaje incompresible, motivo de burla, no medible. El contacto con la "Pacha Mama", la Tierra como fuente de toda vida, madre a respetar y adorar, siempre fue una verdad incuestionable para las culturas autóctonas, contrario definitivamente al desenfreno destructivo del entorno natural que llevamos.
Con la diferencia del final (que para los conquistados americanos fue de holocausto rotundo), Avatar es un reflejo de la historia indígena de América a la llegada de los europeos, y es una joya de percepción de la realidad ecológica que tenemos, de irrespeto a la naturaleza en función de un falso crecimiento económico.
Avatar es por mucho la película recomendada para toda la población. ¿Cuántas cosas dice Cameron en esta obra que hemos dicho tanto y de tantas maneras, a pesar del silencio mediático cómplice con los intereses económicos de los dueños del mundo?
Es la visión de conciencia ecológica y humana que se necesita en nuestros niños, pero sobre todo de los adultos que les cerramos las puertas día a día a esas criaturas que pueden salvar el mundo que les vamos dejando destruido y, aunque no lo queramos creer, terriblemente equivocado en su rumbo.
Yo abogo porque les permitamos a las nuevas generaciones salvar el planeta, pero que destruyan nuestro mundo.
Fuente: Culturacr.net
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